El buscador de Guacas
Luisa Gonzalez
Aurelio Del Peral trabaja el esparto durante toda su vida, convirtiéndose en su propio jefe en su exitoso negocio, y su esposa Narcisa Pozueta contaba el dinero que Aurelio conseguía. Sin embargo, con la llegada del ferrocarril a El Salado, se vió obligado a vender su negocio y convertirse en un jubilado más.
La pareja contaba con tres hijas: Plácida, y las dos pequeñas Segunda y Humbelina, quién nació con una discapacidad motriz.
Ama, de Amadora, es la empleada de la familia y quién lleva adelante la casa al igual que la crianza de las niñas. Con el paso del tiempo se ha convertido en la amante de Aurelio, a quién ama dulcemente. Es él quién por primera vez escribe su nombre en la tierra cuando ella se lo pide.
Sin embargo, cuando Aurelio y Narcisa fallecen en una epidemia de la fiebre tifoidea, todo el dinero que habían ahorrado permanece oculto en algún lugar de la casa. Plácida revuelve toda la casa buscándolo con la ayuda de Ama. Sin el mismo, no tendrán manera de sobrevivir.
En el pueblo aparece Leonel Pereira. Él se denomina a si mismo como "buscador de guacas", de tesoros escondidos, y se instala en el antiguo depósito del negocio de Aurelio. Pronto, Plácida lo contactará.
Una novela llena de poesía y aventura, los eventos se encuentran envueltos en la magia del ambiente, llevando al lector a adentrarse en el pueblo de El Salado.
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