Saturday, September 23, 2017

Los Malenques (relato propio)

Los Malenques

Tomó el segundo brazo del río. La lancha hacia un ruido adormecedor, pero Laura debía permanecer despierta, alerta. Su pelo rubio, ahora casi blanco y su peil enrojecida por el sol, daban evidencia de sus meses en la selva amazónica.

Su despedida de la tribu Malenque no fue lo que había previsto.

-No había nada que hacer.
-Sólo el cuchillo servía.

Cuando llegó a esa remota población a principios de Septiembre de 189, los Malenques la recibieron amistosamente. Solo los viejos desconfiaban, encogidos en sus tiendas, sus plegarias al cielo para que Laura se alejara. Varios hombres los habían visitado, pero ella, siendo la primera mujer blanca que conocían, los perturbaba. Sus estudios antropológicos se centraban en las costumbres de las mujeres y los niños.

-Sus pequeños, delgados brazos rodeaban mis piernas.
-Sus sonrisas me relajaron, demasiado creo.
-Mis estudios se eclipsaron.

Cuando llegó, solo había una embarazada. Lupe parecía tener 30 años, pero solo contaba con apenas unos aproximados 14 años, una adolescente  según la cultura occidental Su parto fue complicado desde el principio, su enorme vientre estirándose tanto que parecía que la piel se iba a partir en pedazos. Esa noche tormentosa estaba llena de humedad, de tensión, de expectativa.

-Las horas pasaban.
-Su dolor aumentaba.

Su decisión de tomar el cuchillo fue impulsiva. Ahora lo ve. Tomó un lugar que no le correspondía. Cuando abrió el vientre de Lupe, su grito atravesó el aire.

-Eran gemelos.
-Eran una maldición.

Los viejos no se lo explicaron. Ni a Lupe que ya conocía el destino de sus bebés, ni a Laura que no contemplaba a la muerte como una opción. A medida que Laura se alejaba, desterrada, la violencia en los ojos de los ancianos, desterrada, escuchaba el ruido de sus cuerpos cayendo al agua, cercando su lancha.

-Los tiraron al río.
-Los oí caer.
-Los vi morir.


Ana Ovejero

mail: ana.ovejero@gmail.com
instagram:ananbooks


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