La escritora sólo se basa en este caso como disparador del libro. Mientras que en la realidad los hermanos de Uribe estan siendo juzgados por encubrimiento y el cuerpo de Yuliana fué encontrado en el departamento su departamento, Restrepo crea a "Los Tutti-Fruttis": cinco amigos que se han jurado lealtad desde niños, todos miembros de familias acomodadas de Bogotá, excepto El Hobbit, quién es el que relata la historia.
Los capítulos se titulan con los apodos que utilizan para referirse entre ellos: el primero es El Muñeco. éste es el más extremo de los cinco, siempre admirado por sus amigos incluso desde la época del colegio, y ahora, en su adultez, siempre viéndose envuelto en fiestas descontroladas, drogas, prostitutas, peleas callejeras, parrandeando en "Tierra de nadie en los espasmos de la madrugada", de las cuales son sus amigotes y el renombre de su familia lo que lo salvan de los problemas que él mismo crea.
El siguiente es El Duque, dueño de una finca en las afueras, dónde se organiza la reunión anual del grupo de compañeros. En eterno noviazgo con La Malicia, la perfección es su meta. El trato hacia las mujeres (madres, hermanas, novias, esposas) se evidencia cuando El Duque hace que La Malicia maneje dos horas hasta la finca y , con la excusa de estar a solas. La hace posar para una revista de espectáculos que muestra su casa como si fuera el paraíso: "un maniquí".
Tarabeo está casado con María Inés hace años, una pareja que se formó por la conveniencia de la unión. Sin embargo, eso no le impide tener amantes, asunto que María Inés está al tanto, pero a la cuál un divorcio no le conviene por su status económico pero, principalmente, social. El trato de Tarabeo hacia las mujeres, ante su esposa como sus amantes, es de objetos, comprándoles cosas para mantenerlas calladas, creyéndose invencible con su dinero y su nombre: "Se enredó con esta Mónica y no sabe como zafarse. Creo que la odia" "El Taraz las odia a todas" "A esta Mónica peor." "Se llama Angélica" "Se llama Mónica y El Taraz la ahorcaría si pudiera. La haría picadillo y la echaría al inodoro."
El cuarto capítulo se llama "La Niña". Su nombre nunca aparece en el relato, ¿porqué? Porque para el asesino ella no es un ser humano, porque podría haber sido otra niña, porque "A partir del momento en que la convierten en la elegida -La Elegida, con mayúsculas- ella se torna única. Ella, la marcada. Ella, que es distinta a los demás mortales; ella, más proclive a un trance de muerte; ella, más próxima a un destino quizás irreparable." La familia de la niña se había mudado junto a su familia debido a la violencia, otros de los movilizados debido a la muerte que corroe el país, otros buscando mejores oportunidades, otros que creían que estando cerca de la ciudad estarían a salvo.
El Píldora es aquel amigo que busca agradar, el seguidor, el de los mandados. ¿Será el único arrepentido de su papel en el caso de la niña? ¿O simplemente se sentirá acorralado, traicionado por aquellos a los que había encubierto de las sospechas de sus esposas, coimiado policías a su favor, encubriendo sus fechorías, borrando sus pasos? "Mi vida se hundió con ella. Esto no tiene vuelta atrás,...¿Me entiende? De allá, no me saca nadie." En su momento más lúgubre, recitará Shakespeare, su ofrenda a la niña, flores, aceites, agua. Antes, en su juventud, había dibujado un corazón sobre el corazón en referencia a su adorado poeta José Asunción Silva. Ahora, su Ofelia lo atormenta y lo castiga, "Los muertos de la noche aparecen a la madrugada."
En el último capítulo, El Hobbit relata como intenta volver a la "normalidad." Cuando el asesino, ya desde la cárcel, escribe una carta publicada en los diarios sobre el caso, El Hobbit sabe que no hay vuelta atrás, que no existe nada que se pueda recomponer, que la pieza del rompecabezas estará perdida para siempre.
"La escoge a ella, a La Niña-niña, precisamente por ser la criatura más indefensa del universo. La más vulnerable. Precisamente por eso.
Él es hombre, ella, mujer.
Él adulto, ella una niña.
Él blanco, ella de piel oscura.
Él es rico, ella paupérrima.
Él el más fuerte, ella la más débil.